Un conjunto arbolado de gran belleza al que se llega atravesando la ciudad

Por los caminos de Castilla, uno a veces cae en el "bidón" de las sorpresas.

Un indiano a la orilla del Duero.

No está exactamente en Burgo de Osma sino en la Avenida de la Constitución de Navaleno, un pueblo relativamente cercano

Un pequeño local mítico en el lugar y famoso por sus torreznos, servidos grandes, crujientes y en su punto. Estamos ante uno de esos lugares que han consagrado su actividad a este manjar nunca suficientemente bien ponderado. De hecho, despachan centenares de kilos por semana de este producto ideal para recordar Burgo de Osma como una cita ineludible. Naturalmente, no podemos olvidarnos de otros productos anexos como la morcilla, las croquetas o incluso los quesos, que en el Círculo sirven con igual talento y profesionalidad.

Fundado a primeros de los setenta, es toda una institución en la gastronomía castellanoleonesa. Dotado de una extraordinaria bodega de más de doscientas referencias de multitud de denominaciones de origen y llevada con mano maestra por el sumiller César Martínez, el Virrey Palafox será recordado por sus exquisitos torreznos, el tierno cochinillo y también or sus postres, encabezados por la contundente tarta de hojaldre Doña Remedios. También hay, no obstante, espacio para la innovación, con un bacalao en papillote con parmentier trufado y otras propuestas de temporada que enamorarán al más exigente.

No esconde sus armas. Todo es sincero en este negocio de comida tradicional que lleva cinco décadas sirviendo comida castellana basada en platos contundentes, raciones abundantes y un buen servicio al cliente. Las croquetas, los torreznos y los huevos rotos no decepcionan, nos hacen recuperar la fe en estos platos sobradamente conocidos que aquí adquieren todo su sabor. Pero ojo al cabrito y el somarro. El precio acompaña y el vino, también, de modo que la jugada sale redonda.

Ofrece buena comida a todas horas. En Almazán conocen bien este restaurante con buen servicio y mejores precios especializada en yemas elaboradas con clara de huevo y azúcar, así como turrones caseros de esos que nos hacen renovar nuestro espíritu navideño, aunque sea agosto. En Yemas Gil sus dulces y productos se elaboran todos los días en su propio horno, de modo que la frescura está garantizada. Si queremos marcharnos de Almazán con un sabor dulce, esta mítica cafetería soriana es nuestra opción favorita.