Una parada en Peñafiel: Vino, tradición cristiana y tierra fronteriza
Estamos en una Castilla en estado puro, situado a mitad de camino entre Aranda de Duero y la capital vallisoletana.
Encontramos esta villa de ancestrales orígenes regada por las aguas del río Duero.
En lo alto del cerro y rodeado de viñedos, ya que estamos en la cuna del Ribera del Duero, nos da la bienvenida su fantástico castillo que con forma de barco y nombrado monumento nacional en 1917 es uno de los mejores castillos medievales que se mantienen en toda España.
Nuestra visita la podemos iniciar en la Plaza del Coso, un enorme espacio público de unos 3.500 m2 ideado para albergar los festejos taurinos de la localidad y festividades como la de Nuestra Señora y San Roque o La Bajada del Ángel en Semana Santa. Seguimos por la Calle Palacio para llegar a la Iglesia Convento de San Pablo.
Su origen se remonta al siglo XIV y en un principio hizo funciones de alcázar. Fue mandado construir por Alfonso X y tras varias remodelaciones podríamos definirle de estilo Gótico – Mudéjar.
Mientras paseamos por sus calles nos vamos empapando poco a poco de lo que en su tiempo llegó a ser Peñafiel. Durante siglos fue morada de reyes y nobles de los que cabe destacar Doña Urraca, Fernando III o Alfonso X. Todavía queda ese encanto de villa medieval en alguno de los palacios decimonónicos del casco antiguo, eso sí, siempre vigilados de cerca por la monumentalidad del castillo.
Después de la primera toma de contacto, nos acercamos hasta la Plaza San Miguel de Reoyo, donde podemos optar por visitar el Museo de la Radio (Pz de San Miguel de Reoyo, 2. Tlf: 983 881 715, www.museodelaradio.es, Precio 4 €) o la Iglesia de San Miguel.
La primera opción nos muestra a través de paneles y audiciones originales un recorrido por la historia de la radio. En la iglesia de San Miguel no debemos perdernos en su interior los retablos barrocos dedicados a San Pedro y San Roque y el retablo mayor dedicado a San Miguel. Estamos muy cerca del río Duratón y del Parque de la Judería y por qué no descansar un rato a la sombra de alguno de sus árboles.
La siguiente visita obligada es la Iglesia de Santa María cuyo interior alberga el Museo Comarcal de Arte Sacro, una importante colección de piezas, pinturas, esculturas y orfebrería de los siglos XII – XVIII. Tras pasear por sus calles unos metros más adelante nos tomamos con La Torre del Reloj.
Antiguamente formaba parte de la iglesia de San Esteban. Su origen es románico y parece ser que fue mandada construir para conmemorar la victoria cristiana sobre el caudillo almorávide Alí. Actualmente la torre es de estilo gótico del siglo XIII. Nos encontramos a los pies del castillo y porque no subir la cuesta y visitarlo además de visitar en su interior el Museo Provincial del Vino.
Cuenta que el origen del castillo se remonta al siglo IX cuando por esos años los musulmanes dominaban la zona del Duero. Posteriormente fue reconquistado y ampliado. Aquellos tiempos de batallas y conquistas quedan muy lejos y hoy es famoso por albergar en su interior el Museo del Vino (Horario: 1 abril a 30 septiembre martes a domingo de 11 – 14:30h y de 16:30 – 20:30h. Lunes excepto festivo cerrado. Tlf: 983 881 199. http://museodelvinodevalladolid.com). Después de la cuesta bien merece una cata de vinos en su interior. Y para comer siempre podemos disfrutar del nuevo restaurante de Bodegas Protos que sabe mucho de como crear nuevas opciones de enoturismo en toda la comarca.
Una parada en Peñafiel: Vino, tradición cristiana y tierra fronteriza
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