Aranda de Duero

El rio marca el destino.

Comer en Aranda de Duero, de manera tradicional, disfrutar de un buen lechazo en un asador tradicional, de esos que tienen el horno y la parrilla a la vista de los comensales. Se impone también una decoración tradicional, castellana, y techos con vigas vistas. Hay unas características comunes que son la sopa castellana y la ensalada, además de pinchos de chorizo y morcilla, y dulces de postre.

La verdad es que es una fórmula que funciona porque con la suma de un buen cordero, vino de Ribera del Duero y trabajo duro es difícil que algo pueda salir más. El lechazo, no hace falta decirlo, debe estar amparado por el sello de Indicación Geográfica Protegida. La sabiduría popular, al menos la sabiduría arandina, lo tiene muy claro y lo repite continuamente: “los mejores corderos son los que oyen las campanas de Santa María”.

El 51 del Sol

http://www.el51delsol.com/

Sol de las Moreras, 51.

Tfn. 947 556 034

El 51 del Sol es otro de los hasta ahora relativamente escasos restaurantes arandinos que se sale de la estricta norma de asador o mesón de aspecto clásico. Aquí la decoración sorprende con un toque vanguardista en una población que ofrece, en general, una imagen muy tradicional. David Izquierdo, el jefe de cocina, se define como cocinero y pensador, y busca una manera de dar un salto cualitativo a los platos de la tierra. Por un lado busca el origen y el proveedor exacto para cada producto, y luego da una importancia total a la temperatura de elaboración de algunos de ellos, de manera que el pichón lo elabora en dos cocciones y el bogavante se cocina a 61ºC. No le vale cualquier morcilla, y la busca del productor que le ofrece la más adecuada.  El cuarto de lechazo al estilo Aranda sigue siendo su propuesta fundamental pero el cochinillo crujiente, elaborado a baja temperatura antes del braseado en encina es una muy buena alternativa.

Si queremos ser más modernos tenemos su sopa fría de remolacha y  su famosa oreja.

 

El Lagar de Isilla

http://www.lagarisilla.es/restaurantes/el-lagar-de-isilla/

Isilla, 18.

Tfn. 947 510 683

Lugar céntrico, de toda la vida, que ocupa un buen puesto en la lista de los buenos lechazos arandinos. Pero como no todo va a ser cordero en la vida, en El Lagar de Isilla se preocupan de ofrecer entrantes como almejas a la marinera y espárragos cojonudos, croquetas de espinacas y bombón de morcilla de Aranda con pimientos. Los calamares frescos a la romana y las zamburiñas al horno son otras propuestas sugerentes y tal vez inesperadas. El otoño es tiempo de setas, así que no pueden faltar en algunas preparaciones, sobre todo boletus que van muy bien con un arroz cremoso o simplemente a la plancha con huevo fritos y foie. El rabo de toro en salsa y la pluma ibérica o una merluza rellena son algunas de las alternativas que se ofrecen al lechazo.

 

Restaurante Aitana  

San Gregorio, 17.

Tfn. 947 514 445

El Aitana es uno de los restaurantes que sorprenden por el ambiente, la iluminación y la decoración, aunque por supuesto tiene al lechazo como eje alrededor del que gira todo lo demás. Pura tradición con un toque de vanguardia en cada detalle. Entrantes de gambas y chipirones comparten mesa con croquetas y mollejas, y  el hojaldre de morcilla con foie es un referente. No hay que pasar por alto las ensaladas especiales, como la de codorniz escabechada con licuado de lechugas variadas. Un buen cogote de merluza a la bilbaína o un magret de pato son algunas de las propuestas para quien prefiera, ese día, no probar el lechazo.

 

Asador José María

https://www.casajosemariaaranda.com/

Carrequemada, 3

Tfn. 947 508 043

El lechazo al estilo Aranda es, una vez más, el principal reclamo del Asador José María, que brilla como en pocos otros lugares en las mesas de este restaurante. El local es tradicional, porque parece que lo normal en esta villa es que nadie quiere impresionar por otra cosa que por la buena mesa.  Pero si queremos buscar una buena alternativa al susodicho lechazo podemos disfrutar con unas almejas a la plancha, un pulpo a la gallega o unos calamares a la romana de primero para luego elegir entre un besugo al horno, una merluza a la cazuela o, buscando una combinación más original, un bacalao con setas. Porque las setas son otro de las especialidades de este restaurante. Ahora, con el otoño en marcha, es buen momento para buscar este ingrediente en las recetas. Por otra parte, las tartas caseras siempre son recomendables, y en José María nunca fallan. La bodega es de las mejor surtidas, aunque al tener Portia ya no vale la pena seguir mirando.

 

Mesón de la Villa 

Sal, 3.

Tfn. 947 501 025

Un clásico en un lugar en el que muchos pueden optar a este título, sólo que algunos lo alcanzan en grado superlativo. En esta casa, unos pimientos asados con anchoas del Cantábrico con un rabo de toro al estilo de la casa es una muy buena alternativa al lechazo. Otra de las posibilidades es el tapeo que ofrece la taberna del Mesón, y aquí se puede hacer un viaje por toda la península, con callos a la madrileña, calamares a la andaluza, lacón a la gallega, además de un buen torrezno de Soria o la imprescindible morcilla de Aranda.

Además del local de siempre, muy cerca de la Plaza Mayor, el Mesón de la Villa cuenta con otro establecimiento, inmenso, en una finca, especial para grandes celebraciones. Además su bodega es una de las mejores y más variadas. La bodega Doña Blasa, debajo del asador, es uno de los atractivos de Aranda y se visita en grupos concertados. Además tiene tienda que ofrece los vinos a precio de bodega. ¿Qué más se puede pedir?

Aranda de Duero